Después de llegar, subir a los cuartos y hacer las camas (más o menos, que tampoco es que...), y después de deshacer las maletas, hemos bajado al salón y nos han contado las normas de la casa.
Después de comer hemos hecho un recorrido por el pueblo viendo los monumentos más significativos. Vaya, que nos hemos ido de iglesias.
Y finalmente, para rematar la tarde mientras hacía sol y había luz, hemos escalado en el rocódromo y bajado en tirolina.
Vaya que la cosa ha estado muy bien.
Y la comida, impresionante:
- De entrantes: Pescado de las islas vírgenes
- De primero: Ensalada de quinoa con anacardos, especiada con foie de canard
- De segundo: Chuletón de ternera al punto, o al punto y coma, según gusto del cliente.
- De postre: Arroz con leche, marinado en salsa Romescu
- Café descafeinado y té sin teína, que si no los chicos se suben por las paredes.
- Copazo para las maestras y demás personal adulto.
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